“Salud y vida de mujeres en peligro” tras derogación del derecho al aborto
En la jornada del viernes, el Tribunal Supremo de EE.UU decidió anular el derecho que tenían las mujeres desde 1973 para interrumpir de forma segura el embarazo.
La decisión de los magistrados, devuelve a los 50 Estados la potestad de legislar sobre el tema. Ni bien se dio a conocer la noticia, Kentucky, Luisiana y Dakota del Sur ya prohibieron el aborto y se estima que otros 23 Estados podrían sumarse pronto.
Joe Biden, presidente de EE.UU, aseguró que su gobierno defenderá este derecho e instó a proseguir la lucha de manera “pacífica” llevando a las urnas el derecho al aborto y todas las demás “libertades personales”, ya que se acercan las elecciones legislativas de mitad de mandato que se anuncian complicadas para los demócratas.
“Déjenme que sea muy claro y no ambiguo. La única manera en que podemos asegurar el derecho de una mujer a elegir es que el Congreso restaure las protecciones de ‘Roe contra Wade’ como una ley federal. Ninguna acción ejecutiva del presidente puede hacer eso”, manifestó el mandatario.
“Mi administración defenderá ese derecho fundamental. Haré todo lo que esté a mi alcance para luchar contra ese ataque profundamente antiamericano”, continuó diciendo.
En tanto la Conferencia Episcopal de Estados Unidos emitió un comunicado donde consideran “un día histórico” la decisión tomada por el Tribunal. "Durante casi cincuenta años, Estados Unidos ha impuesto una ley injusta que ha permitido que algunos decidan si otros pueden vivir o morir; esta política ha resultado en la muerte de decenas de millones de niños no nacidos, generaciones a las que se les negó el derecho incluso a nacer”, mencionaron en el escrito.
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La filtración de un borrador de 98 páginas había adelantado que esto ocurriría, por la opinión mayoritaria de los jueces sobre el tema, esta decisión afectará la vida de al menos 36 millones de mujeres en edad reproductiva que tendrán que dar a luz al hijo de su violador o traer al mundo a niños con graves anomalías físicas. Por su parte grupos de activistas proaborto comenzaron a manifestarse y aseguraron que “la maternidad forzada es esclavitud femenina”.