Covid-19: 22 fallecidos y la precariedad de un Estado
El pasado 7 de marzo, el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social (MSPyBS). Por medio de su representante Julio Mazzoleni, dieron a conocer el primer caso positivo de Covid-19 en el territorio nacional. Han pasado cuatro meses desde aquel primer informe que dejó más que preocupada a la población entera, y los números no dejan de aumentar.
Hoy día con casi 100 mil pruebas realizadas, se han constatado un total de 2.948 casos positivos, varios de ellos, por contactos desprolijos por parte de las personas que se encontraban en cuarentena y actos poco prudentes de los que resguardaban el bienestar de los aislados. De la misma forma, 22 fallecidos son contabilizados en la nefasta y dolorosa lista de víctimas del Covid-19, que si bien es un número menor en comparación con los países vecinos, nuestro sistema sanitario no se encuentra estadísticamente preparado para soportar ningún tipo de crisis, teniendo en cuenta que la última oleada de dengue en el país nos dejó 53 muertes, según los reportes del MSPyBS. Al mismo tiempo tenemos que ser conscientes de que, las naciones que se encuentran alrededor de nuestro territorio tampoco deben ser un parámeto para nosotros, ya que no nos podemos guiar por las políticas de países que se encuentran en un estado igual o mucho peor que el nuestro.
Por otra parte, no se puede descartar la circulación comunitaria del virus pandémico, que ha arrasado con 565.351 vidas en todo el globo, teniendo en cuenta que las precariedades higiénicas están a la orden del día.
Paraguay fue vanagloriado por su rápido actuar contra el Covid-19, por importantes agencias de información del mundo y hasta la propia Organización Mundial de la Salud (OMS), pero no deja de ser cierto que la situación en nuestro territorio se convierte cada vez más en una nebulosa muy espesa, ya que la sanidad no presta atención a los servicios de transporte, así como tampoco hay desinfecciones en las calles de las ciudades del país, ni siquiera con las que tienen más números de contagios.
La aceleración en el paso de fases, sin ningún tipo de evaluación, al menos que se hayan publicado de manera oficial, hacen pensar que la reactivación económica (que es una parte muy necesaria, pero no más que las vidas de las personas), han provocado una proliferación súmamente importante de la enfermedad, teniendo en cuenta que nos encontramos en tiempos de virus estacionarios que provocan resfríos, gripes y otros problemas pulmonares.
Nuestro país no está preparado para más casos positivos, porque no se encuentra en condiciones de entender a la población. El estado debe de poner una especie de freno a la situación, ya que es muy notorio el trabajo dispar que realizan las distintas carteras estatales, sin criterios unificados y con mandatos supérfluos.