¡No hay garantías! Estamos en manos de los transportistas 

El Ministerio de Salud hace las recomendaciones, el viceministerio de Transporte hace los controles, pero la ciudadanía se encuentra a merced de los empresarios del transporte para evitar las aglomeraciones y el contagio de la COVID-19.

Hace unos días del doctor Guillermo Sequera, director de vigilancia de la Salud, manifestó que uno de los principales focos de dispersión o proliferación del virus de la COVID-19, son los ómnibus de transporte público, por lo que desde la cartera sanitaria en varias ocasiones ya han dado recomendaciones para el control de los mismos.


En comunicación con el Viceminstro del Transporte, Pedro David Britos, refirió que los controles a los colectivos se realizan de manera aleatoria y que se rota lugares de control, tomando como parámetros las denuncias que los usuarios hacen llegar.


“Los buses tienen la obligación de desinfectar antes y después de terminar su recorrido, pero lo más importante es el cuidado que tomamos cada uno, el lavado de mano antes y después de usar el bus, la mascarilla es de uso obligatorio y utilizar los alcoholes que ponen en los buses a disposición del pasajero. Muchos usuarios toman también la costumbre de llevar su propio alcohol eso es positivo también. El Viceministerio de Transporte estableció un protocolo, el cual las empresas permisionarias deben cumplir”, expresó Britos.


Además explicó que la violación de estas disposiciones tendrán una multa de 173 jornales que equivalen a Gs. 14.590.820.


¿Pero cuál es la realidad que se vivencia desde el interior de los ómnibus? 

Foto gentileza

   

Las reacciones en las redes sociales no se dejan esperar, ya que más allá de los controles que puedan realizar desde el ente estatal, son los empresarios del transporte los que mueven las verdaderas fichas en este juego de contagios.


A pesar de haber recibido un subsidio por parte del gobierno, la escases de los buses se sienten más que nada en las horas pico. Con la nueva normativa de la “Cuarentana Social”, es mucho más pronunciado la famosa “regulada”, porque hay poco colectivo en las calles, algunos respetan las normativas y otros no por no dejar a la ciudadanía a la deriva, y la aglomeración es inminente.


Este viernes el ministro Mazzoleni refirió que desde el Ministerio de Salud solo dan recomendaciones, pero que el control y el respeto de los protocolos está a cargo de otro ente. Más allá de todo eso, si antes la población sufría por el modo de viaje, ahora es mucho peor, ya que nos encontramos en plena pandemia y a merced de los empresarios del transporte.


En un Paraguay ideal, el metrobús sería una gran parte de la solución de este problema.