Lo que agosto nos quitó
Definitivamente el mes de agosto fue uno de los más terribles para nuestro país, la dolorosa partida de niños, ancianos, jóvenes y adultos a causa de la terrible COVID-19, nos ha dejado perplejos y más sensibles que nunca.
En tan solo un mes la pandemia se cobró 277 vidas y los contagios se dispararon rápidamente, llegando a un total de 8.241 casos activos. Desde el Ministerio da Salud Pública y Bienestar Social (MSPyBS) explicaron que los menores fallecidos tanto el niño de 11 años, así como la beba de 4 meses fallecieron por un Síndrome Inflamatorio Multisistémico, que fueron ocasionados por la COVID-19.
De la misma forma indicaron que el caso la niña de 11 meses fallecida en el Instituto de Previsión Social (IPS) Ingavi, aún no se ha cerrado, ya que para ello todos los informes epidemiológicos deben ser precisos.
La falta de conciencia ciudadana es uno de los grandes factores que nos llevan a tener estas cifras tan altas, para un país tan pequeño. De la misma forma, la falta de garantías sanitarias en los distintos lugares en donde se dan aglomeraciones de manera casi obligada, también hace que la proliferación del virus pandémico sea mucho más efectiva.
Un ejemplo claro es el del servicio de transporte público, en donde la cantidad de personas que viajan en ellos provoca que el distanciamiento social sea una utopía, y no por culpa de los ciudadanos, sino que por la falta de garantías por parte de los empresarios del transporte, así como la inoperancia de la CETRAPAM y la DINATRAN.
El tan anhelado pico de contagios depende de la ciudadanía, de las garantías sanitarias y de los cuidados que podemos ofrecer a los demás, cuidándonos nosotros mismos. Que el inicio del mes de la primavera, nos traiga un futuro prometedor para todos.