Ejercitarse con tapaboca no disminuye el rendimiento deportivo, según un estudio
A la hora de hacer ejercicios, muchos siguen teniendo la duda de que tan conveniente sea para la oxigenación el uso de un cubrebocas, pero, unos científicos afirmaron que el efecto que se podría tener en cuanto a la respiración es modesto sobre la capacidad de las personas sanas para hacer ejercicio en forma intensa. El estudio se publicó en la revista European Respiratory Journal.
Un grupo de 12 personas (hombres y mujeres de edad promedio de 40 años) participaron de pruebas detalladas sobre la respiración, la actividad cardíaca y el rendimiento del ejercicio, mientras usaban una bicicleta estática con y sin mascarilla, los científicos dijeron que ninguno de los resultados evidenció algún riesgo para la salud. Por lo que sugiere que las máscaras se pueden usar de manera segura durante el ejercicio intenso, por ejemplo, para reducir la transmisión de Covid-19 entre las personas que se ejercitan dentro de un gimnasio cerrado.
“Sabemos que la principal vía de transmisión del coronavirus es a través de las gotitas en el aliento y es posible que respirar más fuerte durante el ejercicio pueda facilitar la transmisión, especialmente en interiores.”, dijo la doctora Elisabetta Salvioni del Centro Cardiologico Monzino.
Los resultados de las pruebas indicaron que el uso de la mascarilla tuvo un pequeño efecto en los voluntarios, en cuanto a la reducción promedio de alrededor del 10% en su capacidad para realizar ejercicio aeróbico (de acuerdo con su “VO2 pico”, que es una medida de su mayor consumo de oxígeno posible), probablemente se debió a que les resultó un poco más complicado inhalar y exhalar a través de las máscaras. “Esta reducción es modesta y, lo que es más importante, no sugiere un riesgo para las personas sanas que hacen ejercicio con una mascarilla facial, incluso cuando están trabajando a su máxima capacidad”, mencionaron los profesionales.
El equipo que realizó la investigación estuvo conformado por: la doctora Elisabetta Salvioni del Centro Cardiologico Monzino, IRCCS, Milán, Italia, el doctor Massimo Mapelli y el profesor Piergiuseppe Agostoni del Centro Cardiologico Monzino y la Universidad de Milán.
Fuente: Infobae