Ahora, titular de Aduanas alega crimen organizado y vincula a senador
El Senado fue escenario de acusaciones de grueso calibre, en medio del fuego cruzado entre el director de Aduanas Julio Fernández y el senador colorado Martín Arévalo. Ambos hicieron su descargo, aunque por separado, ante los miembros de la Comisión Especial de Seguimiento al Combate al Contrabando.
“Lo que quiero es precautelar los intereses del patrimonio del Estado, no intereses de terceros. Presenté una denuncia penal contra Julio por los hechos punibles de lesión de confianza y otros”, sostuvo Arévalo, ante los demás senadores. Dentro de ese contexto, indicó que debería indemnizar al Estado por el robo mercaderías de un predio alquilado por Aduanas, por un valor de 3 millones de dólares.
Refirió que se trata de hechos punibles contra el patrimonio, y que el castigo es hasta 5 años de pena privativa de libertad o multa; y, en casos graves, hasta 10 años. “Hay que aplicar al director de Aduanas”, consideró. “Si fuese presidente de la República, 24 horas ni iba a estar en ese lugar, tendría que estar destituido”, dijo sobre Fernández.
El titular de Aduanas, por su parte, se ratificó en que el senador cometió tráfico de influencia, y que además abogó por una carga de contrabando. Habló de vinculaciones con Gregorio Cubilla, quien tiene una orden de captura, y está ligado al crimen organizado. En cuanto al ciudadano árabe Ahmad Khalil Chams, quien se declaró propietario de las mercaderías de contrabando, refirió que no era ningún santo.