Las autoridades del país asiático se encuentran investigando esta enfermedad de origen animal, denominado como virus Langya. En las últimas semanas, tras muestras tomadas de la garganta de decenas de personas, indican que todas están infectadas.
Especialmente los síntomas se dan en aquellos que tuvieron contacto con animales domésticos, como perros y cabras, y salvajes, como la musaraña, quien podría ser el mamífero transmisor del virus.
Los pacientes, en su mayoría agricultores, no tuvieron ni “contacto estrecho” ni “exposición común” a un patógeno, según el estudio, lo que supone una infección “esporádica” en humanos, pero por el momento todavía no se pueda confirmar esta posibilidad.
Algunos desarrollaron anomalías en las células sanguíneas. Otros experimentaron un deterioro de la función hepática y renal, según el informe. Al menos, 35 pacientes desarrollaron síntomas comunes: fiebre, fatiga (54 por ciento), tos, anorexia, náuseas y dolor de cabeza.
Los henipavirus pueden causar enfermedades graves en animales y humanos y están clasificados como virus de nivel de bioseguridad 4 con tasas de letalidad de entre el 40 y el 75%, según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Actualmente no hay vacuna ni tratamiento para este virus, de igual manera acudir a un centro hospitalario es primordial para evitar complicaciones. En este contexto, desde el departamento de Enfermedades Infecciosas del Hospital Huashan, afiliado a la Universidad de Fudan (China), advirtieron que "el coronavirus no será la última enfermedad infecciosa que provoque una pandemia", ya que "tendrán un impacto cada vez mayor en la vida cotidiana de los seres humanos".