Los altos precios de gasolinas también afectan al vecino país, y el presidente de Brasil calificó de “un crimen contra la población” los costos actuales. La petrolera, controlada por el Estado pero que cotiza en las bolsas de Sao Paulo, Nueva York y Madrid, anunció la semana pasada un aumento del 18,8% en el precio de la gasolina y del 24,9% en el diésel.
Bolsonaro es el responsable de designar al presidente de Petrobras, que es el general retirado Joaquim Silva e Luna, pero pese a que tiene las herramientas legales para intervenir ha preferido que la empresa continúe su política de aplicación del precio internacional en el mercado interno.
Silva e Luna sustituyó al economista Roberto Castello Branco, que fue destituido precisamente por las quejas de Bolsonaro después de que los precios de los combustibles aumentaron un 35% en cuestión de tres meses
El jefe de Estado aseguró que prefiere que la empresa estatal sea privatizada antes que intervenir para cambiar la política de precios internacionales que aplica a la enorme petrolera para el mercado interno.
“Mucha gente me critica como si yo tuviera poder en Petrobras. No tengo. Para mí es una empresa que debe ser privatizada hoy mismo”, refirió Bolsonaro, en momentos en que prepara su campaña para las elecciones próximas.
Brasil irá a las urnas en octubre próximo y, según coinciden las encuestas, el favorito es el progresista Luiz Inácio Lula da Silva, quien gobernó entre 2003 y 2011 y es el mayor antagonista político del líder de la ultraderecha.