De acuerdo a la información sobre el caso, uno de los alumnos había ingresado a la casa de estudios con arma de fuego conforme a la versión de una docente quien contó que durante dos días seguidos se escuchó el ruido similar a una explosión, por lo que interrogó a los alumnos y estos se encubrieron alegando que el explosivo sería un cebollón y al día siguiente un petardo.
Tras esto, otro un grupo de alumnos se acercó a la secretaría de la institución a contar que uno de los estudiantes portaba un arma de fuego y que, en los dos días efectuó disparos al aire para dispersar a un grupo de adictos que estaba a las afueras de la institución.
Ante la situación gravísima la directora movilizó los protocolos e inmediatamente citó a la madre, la que refirió que su hijo vive amenazado por un grupo de adictos a las drogas llamado “Fisurero” y que, la misma conoce de la situación, además de tener conocimiento que su hijo porta arma de fuego.
Se elevó la causa al Ministerio Público, para que tome intervención, tras la denuncia ante la Comisaría Quinta de Hernandarias.