Entre ambas irrupciones los intervinientes sacaron de circulación más de 11 toneladas de la droga e incautaron una importante flota de vehículos. Las primeras detecciones guardaban relación con zonas de cultivo ilícitos que estaban conformadas por dos hectáreas, las cuales fueron anuladas junto con la destrucción de 1.639 kilos de marihuana picada.
En otro punto fue hallado un campamento con fuerte dotación en términos de transporte. En el lugar fueron abandonados 6 vehículos: Una camioneta Nissan Frontier, una camioneta Mitsubishi, un camión Ford, un Jeep, una camioneta Fiat Toro y una camioneta Volkswagen Cross.
En cuanto al campamento detectado, en dicha estructura se almacenaban 3.404 kilos de marihuana. La totalidad de la droga destruida entre las dos intervenciones suma un resultado de 11.043 kilos, lo que se traduce en una pérdida financiera al narcotráfico sin contar la logística de más de 300 mil dólares.