Primeramente Carolina Urbieta, directora del Colegio SEK, al igual que Gabriela Santiviago, coordinadora de primaria y la docente Olga Feltes, se habían salvado de ser encerradas en la penitenciaría de mujeres Buen Pastor, debido a que “no estaban dadas las condiciones de seguridad” para la reclusión de las mismas en ese sitio.
Las educadoras están imputadas por violación del deber del cuidado y obstrucción de la persecución penal tras la denuncia de un caso de abuso sexual a un niño de seis años dentro del baño de la institución.
Finalmente fueron trasladadas hasta al Centro Penitenciario de Mujeres “Serafina Dávalos” de Coronel Oviedo, en donde permanecieron poco más de una semana para ser beneficiadas este viernes con prisión domiciliaria.
Los camaristas Guillermo Zillich y Nidia Fernández votaron por revocar la resolución de la jueza Gladys Fariña, quien dio prisión preventiva contra las tres docentes, y Lourdes Cardozo votó por la confirmación del fallo.
La denuncia del supuesto caso de abuso sexual primeramente afectaba a una víctima, pero tras del primer caso, salieron a la luz otros hechos que también están siendo investigados.
El colegio privado ubicado en Lambaré también tuvo la intervención del Minsiterio de Educación y se constataron varias irregularidades como que no contaban con un equipo técnico establecido, no colocaba por perfiles a sus docentes y tampoco tenía sicopedagogos. Se solicitó que la institución se adecue a las normativas de nuestro país y actualmente está en la dirección una mujer enviada desde España.