Hace 24 años se realizó el primer trasplante de corazón en nuestro país, y hasta ahora miles de personas se vieron beneficiadas de órganos de parientes o de aquellas individuos que en infortunio del fallecimiento, siguen dando un poco más de vida a quienes puedan seguir viviendo.
Este aspecto a nivel internacional se encuentra contemplado ampliamente. En Paraguay, gracias a la Ley Anita, promulgada en julio del 2019, se logró que toda persona mayor de 18 sea considerado potencial donante de órganos, salvo expresa constancia de negación por parte del individuo.
Por otra parte el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social (MSPyBS), a través del Instituto Nacional de Ablación y Trasplante (INAT), reafirma su compromiso con las actividades relacionadas en la procuración y el trasplante de órganos, tejidos y células en el país. En lo que va del año se han realizado 32 trasplantes renales y de córneas.
Además, se debe resaltar que existe una amplia fila de personas que se encuentran en las listas de esperas, para lograr acceder a un trasplante, teniendo en cuenta que tanto el beneficiario como el donador, deben ser compatibles para que exista menos probabilidad de rechazo del órgano.
Es importante que las personas tengan en cuenta el impacto que tiene en otro ser humano el trasplante de órganos, ya que eso asegura una mejor forma de vida para aquellos que son beneficiados.