El presidente Mario Abdo Benítez definitivamente ha perdido credibilidad ante todos los pobladores que no formaban parte de su partido y que votaron por él. Esto se debe al pacto que lleva realizando con el exmandatario Horacio Cartes, quien de manera alevosa maneja la política de la Asociación Nacional Republicana (ANR) y el poder que tiene en el país, para mantenerse impune.
Abdo sostuvo durante su precandidatura y su candidatura para ocupar la anhelada silla de López, que no haría pactos con la corrupción, y que Cartes no se saldría con la suya, por más dinero que tuviera.
“Se acabó el poder de Cartes en la república del Paraguay, por más plata que tenga no va a comprar la dignidad del pueblo colorado”, eran las palabras exactas que utilizaba el ahora presidente de nuestro país.
Lamentablemente el poder de Cartes fue captado por todo el pueblo paraguayo luego de la boda de su hija, en donde el exmandatario hizo y deshizo como quiso, las leyes actuales que imperan ante la aparición del virus pandémico de la COVID-19. Estos actos de los que supuestamente del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social (MSPyBS) son responsables, pero que desde la fiscalía local de Altos, el Ministerio del Interior, La Fiscal General del Estado, Sandra Quiñonez y el propio presidente pasaron por alto, ya que es más importante la unión entre colorados.
Asimismo la fiscal Teresa Sosa trató de un "alto hipócrita" al ministro de Salud Julio Mazzoleni, porque según las declaraciones de la profesional, el ministro estaba al tanto de todo, siendo que en varias ocasiones desde la cartera sanitaria refirieron que el protocolo nunca fue aprobado por el Ministerio de Salud.
El mismo Abdo admitió que es importante llevarse bien con Cartes, para que la política del país pueda mantenerse contenida.
Es momento que el presidente pueda hacer frente al poder conferido por la política y por el dinero a Horacio Cartes, para esto es suficiente tener en cuenta el caso de Lava Jato, en donde el “el mejor amigo” del exmandatario se encuentra involucrado y en donde el mismo Messer ha mencionado que el banco Amambay, perteneciente a Cartes, se encuentra gran parte del dinero que el adquirió por medio del lavado de dinero.