El hecho había ocurrido en el 2016 cuando el Sargento Pedro Riveros Rojas desapareció junto a dos fusiles de guerra de una sucursal del Banco Nacional de Fomento, de J. Eulogio Estigarribia. El homicidio de Riveros ocurrió en una plantación y todo indicaba que fue una ejecución por el tiro que tenía en la cabeza.
El teléfono celular de la víctima fue clave para la investigación, según se comprobó el aparato fue vendido por el Sargento Marcelino Delvalle, de 27 años, ahora condenado por el robo de los fusiles y el homicidio de su camarada.
El tribunal de Sentencia llegó a la conclusión que Delvalle fue el actor de ambos hechos y el responsable del plan para el hurto de las armas de fuego. Además, la investigación y los datos recolectados indican que otras personas estuvieron involucradas, las mismas serán juzgadas posteriormente, debido a la crisis sanitaria no han podido ser trasladados desde sus lugares de reclusión.