Desde el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), indicaron que Paraguay es el país de la región con acceso más equitativo y repartición ecuánime del agua.
Luis Felipe López-Calva, director regional para América Latina y el Caribe del programa mencionado, resaltó las acciones tomadas por las autoridades paraguayas para brindar una “cobertura casi universal de acceso al agua potable” y por lo que se distingue en repartir el líquido vital de forma más ecuánime, en comparación a otras naciones latinoamericanas que también garantizan un servicio básico a casi todo su pueblo, como Chile, México y Uruguay.
“En Paraguay hay menos de 2 puntos porcentuales de diferencia en el acceso al agua entre áreas rurales/urbanas o entre los grupos más ricos/pobres”, destacó el funcionario. Nuestro país también fue reconocido por la ONG Water Aid por ser uno de los países del mundo que más aumentó la distribución de agua a regiones rurales.
Para el director la “crisis mundial del agua es principalmente una cuestión de gobernanza más que de disponibilidad del recurso. El agua es un servicio básico y un derecho humano que los Estados deben garantizar por igual a todos los ciudadanos, sin importar en qué parte del territorio vivan o cuánto puedan pagar por el servicio”, indicó.
Por su parte, Sara López, directora del Servicio de Saneamiento Ambiental (Senasa) explicó que la clave del éxito de Paraguay fue la creación del Senasa y la implementación un nuevo modelo comunitario que descentralizó el manejo del agua, creando una nueva figura: las Juntas de Saneamiento, que reciben asistencia técnica y capacitación de parte de la institución.
La funcionaria estimó que en la actualidad en Paraguay operan unas 4.000 Juntas de Saneamiento, que van desde las más pequeñas, en los pueblos más chicos, hasta las más grandes, que se encargan de llevarle agua a hasta 50.000 habitantes.
También hay otras 1.000 Comisiones de Saneamiento, como se conoce a los grupos comunitarios que aún no han obtenido la personería jurídica que otorga el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social, del que depende el Senasa.
De igual manera, todavía existen desafíos por cumplir, considerando que una pequeña franja sigue excluida en la regional Oriental del país, donde vive el 97% de la población. “Hay abundante agua subterránea y ahí se cubre a las poblaciones más vulnerables y más dispersas, pero en el Chaco paraguayo, en el este, hay muchas comunidades indígenas, unas 200.000 personas, y ahí la fuente es más difícil porque el agua subterránea es salada”, mencionó López.