Profesionales del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias y del Ambiente Juan Max Boettner (Ineram) lograron salvar la vida a dos niños y una niña que ingirieron objetos.
El neumólogo Carlos Morínigo comentó que uno de los casos afectó a un niño de 9 años, quien aspiró el silbato de un juguete. El elemento quedó alojado en el bronquio izquierdo y provocó un proceso inflamatorio e infeccioso.
La segunda intervención fue a un niño de 2 años, oriundo de Ciudad del Este, Departamento de Alto Paraná. El mismo requirió entubación y terapia intensiva ya que uno de sus pulmones permaneció totalmente cerrado por un grano de maíz.
En tanto, el último caso tiene que ver con una niña de un año que introdujo una pila en la boca y la tragó accidentalmente. La pequeña tuvo un daño severo en el esófago como consecuencia de la corrosión y sigue internada en proceso de recuperación.
Los pediatras piden a los padres extremar los cuidados a la hora de dejar a un niño en un sitio, “se debe verificar todo el perímetro para que no haya nada que pueda introducir en su boca” porque cualquier objeto por más pequeño que sea puede ser muy peligroso si lo tragan.
En cualquier caso, se debe acudir de forma inmediata hasta el hospital más cercano a fin de evitar una tragedia.