Desde la Cámara Paraguaya del Gas aseguraron que por lo pronto no se tendrá un nuevo reajuste del producto, debido a que se hizo una “buena negociación” en la última compra, factor que ayuda a mantener las tarifas actuales.
Sin embargo, el titular explicó que no se puede hablar de una estabilidad en el mercado, por lo que, los números están sujetos a las fluctuaciones. El último incremento se hizo el pasado 18 de febrero, tras una reducción de Gs. 500 aplicada en diciembre.
La incertidumbre en la ciudadanía aumenta, por los costos elevados que implica últimamente cubrir las necesidades básicas. Por lo general cuando el combustible tiene un aumento, poco después también el gas sube de precio.
Entre las justificaciones para modificar los valores, se citan la cotización internacional, ante los costos de productos derivados del petróleo.