Desde mediados de junio Rusia atraviesa una nueva oleada de la pandemia, por la contagiosa variante Delta que se propagó con facilidad debido a la alarmante resistencia de la población a vacunarse. Los nuevos casos confirmados se dispararon de alrededor de 9.000 por día a principios de junio a 25.000 por día a mediados de julio. Desde entonces, las nuevas infecciones disminuyeron ligeramente a unas 21.000 diarias esta semana, pero la cifra diaria de muertes se mantiene alta.
Las autoridades informaron 816 nuevas muertes y 22.144 nuevos casos en las últimas 24 horas, la segunda mayor cifra de decesos desde el inicio de la pandemia, informó la agencia de noticias rusa Sputnik.
El jueves pasado el país había informado 808 muertes, la primera vez que sobrepasaba las 800. Sin embargo, la cifra de decesos aumentó el viernes con 815 muertes y superó su máximo ayer cuando se registraron 819 fallecimientos a causa de la enfermedad. Funcionarios trabajan para impulsar la aceptación de la vacuna, que se mantiene más baja en Rusia que en muchos países occidentales.
Hasta el 6 de agosto, más de 39 millones de rusos, solo el 26,7% de la población de 146 millones, habían recibido al menos una dosis, mientras que se decía que más de 30 millones, el 20%, estaban completamente vacunados.