Los diputados se enredaron con la definición de una propuesta que había sido presentada y aprobada por el Senado sobre el uso obligatorio de mascarillas como parte de la lucha contra la pandemia.
En un primer momento, tras de la discusión a favor y en contra, se votó por el rechazo del proyecto de ley, y pasaron a otro punto. Llamativamente, se sugirió volver a analizar el mismo tema supuestamente para aprobarlo pero ya no hubo cuórum.
Rocío Abed de Zacarías refirió que estaba muy preocupada por su departamento, que es Alto Paraná, por los casos de contagio y los fallecimientos, la misma dijo que a esto se suma la confusión e irresponsabilidad por parte de las autoridades municipales.
Blanca Vargas cuestionó la propuesta porque al final golpea más al bolsillo de las personas y lo que se tiene que hacer es llamar a la conciencia. Dijo que no estaba de acuerdo con la aplicación de multas porque no se iba a poder controlar. Instó a los policías y a los agentes de control que sean menos corruptos.
Walter Harms manifestó que basta con mantener el distanciamiento social, lavado de manos y el uso de mascarillas. Señaló que el proyecto era un “gran vyrorei” (una macanada) que no iba a cambiar absolutamente nada.
Jorge Brítez consideró que solo iba a servir para la extorsión para que no se le lleve a las personas a la Fiscalía o a la comisaría, y que esto ya está sucediendo actualmente.
Jorge Ávalos Mariño preguntó cómo se iba a aplicar la multa en el caso de que la policía vea a alguien violando las disposiciones, si se le haría un formulario como la Policía Caminera, o si tenía que pagar en ese momento, o si iría preso.
Sergio Rojas no estuvo de acuerdo que el órgano de aplicación sea el municipio, porque muchos de ellos están prácticamente cerrados ya que dejaron de recaudar. Dijo que la última actividad de la gente por la brutal crisis es ir a pagar impuestos.