En el Senado hubo algunas repercusiones por la suspensión de la diputada Celeste Amarilla, hecho que fue considerado un atropello a la institucionalidad. La liberal había dicho que por lo menos la mitad de los parlamentarios llegó al cargo con recursos de origen dudoso.
Varios senadores como Enrique Buzarquis, Desirée Masi y Esperanza Martínez manifestaron su solidaridad y esperan que la Cámara Baja rectifique su decisión.
Buzarquis considera una vergüenza y "una metida de pata" que los diputados hayan sancionado a Amarilla por opinar, siendo que para eso están los fueros.
Masi señaló que los parlamentarios tienen inmunidad no solamente de palabra, sino también de proceso y de detención, y que no se trata de una cuestión corporativa.