Con críticas y cuestionamientos hacia Edmundo Valenzuela y los sectores económicos por intromisión, una mayoría de 33 senadores designaron a su colega liberal Víctor Ríos como ministro de la Corte Suprema de Justicia, de una terna integrada con los magistrados Alma Méndez y Gustavo Ocampos, quienes recibieron votos simbólicos. Los senadores de Patria Querida, que ya habían emitido un comunicado contra la politización de la justicia, en todo momento manifestaron su desacuerdo contra el proceso de selección del Consejo de la Magistratura.
Aunque el resultado ya estaba cantado, ya que a todas luces quedó en evidencia la existencia de un acuerdo político, la sesión extraordinaria duró más de cuatro horas, a raiz de las intervenciones de los senadores de distintos partidos políticos, tanto a favor como en contra, de la elección de Ríos. El mismo estaría asumiendo la vacancia de Gladys Bareiro de Módica, quien falleció repentinamente. El senador liberal prefirió no participar del extenso debate, y decidió esperar el resultado en la oficina del titular del Congreso, Oscar Salomón.
Sus correligionarios Blas Llano y Zulma Gómez no ocultaron su descontento, sumándose así a Patria Querida y al cartismo, en relación a la elaboración de la terna por parte del Consejo de la Magistratura. El colorado Juan Carlos Galaverna sostuvo que la designación de Ríos formó parte de un acuerdo político, aunque la mayoría de sus colegas trataron de negar que haya sido así.