A menudo hemos escuchado hablar de los macro datos o datos masivos, inteligencia de datos, datos a gran escala o el término más común utilizado para referirnos a los mismos, el Big Data.
Estos términos no hacen referencia a otra cosa sino al conjunto de datos cuyo tamaño, complejidad y velocidad de crecimiento hacen que se dificulte su almacenamiento, gestión, procesamiento o análisis mediante tecnologías y herramientas habituales. Son grandes volúmenes de datos de una naturaleza compleja que no pueden ser procesados por programas convencionales y que precisan de aplicaciones específicas que hagan posible su compilación, clasificación, gestión y análisis.
Teniendo en cuenta la rauda evolución tecnológica de los últimos años, nos podemos dar cuenta que el concepto de Big Data genera mucha mayor atención en nuestros días que en sus inicios. El uso y manipulación de bases de datos con información específica y la captación de la misma, empezó aproximadamente a finales de la década de los 60. Sin embargo, la verdadera revolución de este concepto vendría años después con la aparición del conglomerado de aplicaciones y redes sociales como Facebook, Instagram, YouTube, Twitter y muchas otras plataformas online que hoy están en pleno auge.
En este sentido, estos días, Google ha admitido frente a un comité del Parlamento de India que su asistente digital en ocasiones realiza grabaciones de audio en móviles y altavoces inteligentes, incluso sin que los usuarios lo hayan activado antes con un comando de voz. Esto no es de extrañar ni tampoco una novedad, considerando el gran volumen de datos que a diario los usuarios generan utilizando estas aplicaciones.
Es ahí donde radica la mayor utilidad que posee el Big Data para innumerables compañías y empresas, y es justamente por el hecho de que esta cantidad de información que se recaban de los usuarios finalmente proporcionan respuestas a muchas interrogantes que las empresas desconocían, o inclusive que necesitaban para seguir avanzando en sus respectivos procesos de crecimiento y expansión. Al tener acceso a una cantidad de información de gran escala, estos datos pueden ser utilizados y manipulados de la manera que la empresa considere adecuada para el cumplimiento de sus objetivos. Al hacerlo, las organizaciones son capaces de identificar los problemas de una forma más comprensible, conociendo mejor a sus clientes y por consiguiente sus necesidades.
En tal contexto se puede decir que el gran potencial del Big Data está vinculado con el conocimiento significativo que puede aportar la cantidad masiva de datos que a diario sigue en vasto creciendo.Independientemente a que la toma de datos a ser analizadas sea en menor proporción, la relevancia clave está en sacar conclusiones, tendencias o patrones que pueden beneficiar la toma de decisiones principalmente sobre los procesos, modelos de negocios y relacionamiento con sus clientes. Asi mismo, la buena gestión y manejo adecuado de estos macrodatos puede llevar a grandes beneficios ya sea la racionalización de costos, disminución del tiempo de respuesta a acciones, optimización de procesos y desarrollos de nuevas ideas que beneficien a la organización otorgándole mayor eficacia, eficiencia, productividad, rentabilidad y satisfacción por parte de sus clientes.
La aplicación del Big Data en diversos campos de acciones cotidianos son cada vez más frecuentes y relevantes, destacándose su uso aplicativo en diversas áreas como ser marketing, comerciales, ventas, económico financiero, educación, salud, turismo, gastronomía, industrias, sector gobierno entre otros más. Asimismo, la combinación del Big Data con el internet of things (IoT o Internet de las Cosas) resulta por demás interesante, y de hecho la fusión del uso de ambas en conjunto ya es una realidad en muchos lugares, en relación a la interactividad del Big Data adaptando sus usos al IoT, lo que implicaría que esta unión represente inclusive una mayor generación de datos masivos.
Entre tantas aplicaciones y usos que nos llevaría mucho tiempo y espacio profundizarlas, destacamos entonces que el uso apropiado del Big data, no solamente en el ámbito organizacional y empresarial, sino que también a nivel Gobierno, es clave dentro del proceso de transformación digital que están atravesando las sociedades a nivel mundial. La operabilidad de estos macro datos, así como la regulación de quienes acceden a los mismos deben estar acompañados muy de cerca. La tendencia es que las personas seguirán generando una inmensa cantidad de datos e información, y la misma será de mayor utilidad y aplicabilidad con la aparición de cada vez más dispositivos conectados a la red (IoT o Internet de las Cosas) logrando por consiguiente una gran cantidad de información emergente listas para su apropiada utilización.
Ing. José Reinoso
Vicepresidente del Centro de Estudios para el Desarrollo de las Telecomunicaciones de América Latina (CERTAL).