Sin duda alguna, estar pegados al celular y pendientes de las redes sociales es una característica de la actualidad, pero el bienestar y la salud mental, podrían verse afectados por el consumo de conectividad a Internet. Durante la pandemia, esta costumbre no sólo se arraigó entre nosotros, si no que se acrecentó y es para muchos un modo de vida totalmente natural, hasta puede llegar al punto de ser una adicción.
Se trata de una adicción comportamental, que nada tiene que ver con las adicciones a sustancias pero que, según los expertos, puede dañar igualmente nuestra salud. Hoy hablamos por audio de Whatsapp más que por teléfono, compartimos más fotos en Instagram que las propias que guardamos en la galería de una computadora y nos comunicamos por videollamada como nunca lo habíamos hecho en la vida.
De acuerdo a los datos hay una serie de consecuencias en la salud no tan visibles a simple vista y cambios en el modo de memorizar y almacenar datos que se está modificando. Una de ellas, se puede traducir a la nomofobia, una palabra que surge del inglés “no mobile phobia” (fobia a estar sin móvil) y que es el miedo irracional que sienten algunas personas cuando algo les impide interaccionar con su celular.
El 2020 tras la pandemia ha sido un año próspero para el mundo digital ya que mucha gente se ha conectado por primera vez a Internet. En enero de este año 4.660 millones de personas en todo el mundo utilizaban internet, lo que supone un aumento de 316 millones (7,3%) respecto al mismo mes del año pasado. El crecimiento global de internet se sitúa ahora en el 59,5%. Los datos se desprenden del informe ‘Digital 2021’ elaborado por Hootsuite y We Are Social.
El estudio apunta que el usuario medio digital pasa ahora casi 7 horas al día conectado a la red. Haciendo cuentas esto equivale a más de 48 horas por semana. Si suponemos que la persona promedio duerma entre 7 y 8 horas al día, esto significa que ahora pasamos el 42% de nuestro tiempo despierto en línea según la estimación del informe.
Los filipinos son los que mayor cantidad de tiempo pasan conectados, un promedio de casi 11 horas al día. Les siguen los brasileños, colombianos y sudafricanos que pasan unas 10 horas en línea de forma diaria.